Estaba cenando en compañía de su compadre, habían llegado a la boda sin la familia, solos como cuando solteros, desde que se casaron tenían pocas oportunidades de divertirse solos, así que hora que se presentó la oportunidad había que aprovecharla.
Apenas llevaban tres cervezas y unos bocados; la música se detuvo repentinamente y el murmullo de la gente les hizo voltear hacia la entrada. ¿Oiga compadre ya vio? ¡si chingao ya vienen a quitar las armas, ¿trajo la suya?; Pos si, ni modo que salga sin ella...¿Y ora, nos pelamos? No hay por onde, ya rodearon todo, chingao, ni modo, digale adiós al treinta y ocho.
Siguieron sentados esperando su turno a ser revisados; era algo común que en ocasiones llegaran a hacer revisiones y a quitar las armas a los lugareños que acostumbraban a portar armas encajadas en su cintura como si fueran cualquier cosa, sin embargo nunca faltaba el abuso de los policías que haciendo alarde de prepotencia se adueñaban de las armas sin reportar el hecho a sus superiores. El comandante fue hacia ellos: ¿Y ustedes traen armas? Si traemos comandante, se pararon de la mesa y apenas llevaron sus manos a la cintura cuando uno de los achichincles del comandante se le ocurre cortar cartucho de la escopeta que traía en sus manos, al escuchar el clik los compadres voltearon desenfundando y jalando el gatillo de sus armas, se hizo el corredero de gente, el de la escopeta cayó con la cabeza ensangrentada, salieron tirando balazos brincando mesas y escuchando los disparos que les seguían queriendo darles alcance.
A media madrugada le hablaron a mi papá: Ya valió madres, ya me chingue a un colega tuyo cuñao. Calmate,tranquilizate y barajeamela mas despacio, de que chingaos me hablas Goyo, le contestaba mi jefe con preocupación. Mi tío le narro lo sucedido y mi jefe se fue hecho la madre a Linares N.L., habló con el comandante que participo en el incidente y resulto que se conocían, afortunadamente el rural no había muerto, solo fue un rozón en la cabeza, mi jefe llevó a mi tío a la comandancia y pues en nuestro país no hay nada que no se arregle con lana y además después de lo sucedido se hicieron amigos de mi tío y seguido los veías pisteando en el rancho, hasta se iban de cacería juntos.
Hoy me encuentro en Linares N.L. tierra de mis antepasados, hace quince días viene a ver a mi tío y me contó esta anécdota, me habían dicho que estaba muy mal y la verdad no lo vi así, me invitó a que lo visitara mas seguido. "No te separes tanto mijo, los cabrones aquellos ya agarraron una parte del terreno de tu papa, tu dices como le hacemos, nomas deja que me aliviane un poco y vamos a tumbarles la cerca pa sacarlos, ira lo que tengo aquí" levantó el colchón de la cama y pude ver una pistola escuadra, según me dijo era una cuarenta y cinco, sonrei y le dije: ¿Pa que quiere eso tío? Pos pa lo que se ofrezca mijo, allá en el rancho tengo una treinta y ocho y un 22, namas esta de que tu me digas mijo, y les paramos pedo de una buena vez. Ok tío, nada mas que se aliviane vamos al rancho.
Ayer me encontraba en mi trabajo cuando recibí la llamada de mi hermana, mi tío había fallecido, tenía cancer en el estomago, según dicen los doctores es muy doloroso, pero cuando lo visite mi tío se paro de la cama, bebimos coca cola, y platicamos un buen rato. "Se hacía el fuerte" me dijo mi primo, "no quería aceptar que le dolía".
Me siento mal al pensar que apesar de estar a tan solo dos horas de Monterrey me desconecte veinte años; es un shock el reencuentro con mis raíces, ver gestos, actitudes, rasgos, similares, es como verse en un espejo. Es una lastima que haya sido en un funeral el conocer y reconocer a mi gente.
Linares y Hualauises... esta es la tierra de mis antepasados y espero venir mas seguido, además se come muy rico.
Tío: Que el primerisimo le de jale de guarura pa espantar a los diablos que quieran apoderarse del paraiso y pos dejamos pendiente lo del cabrito, lo dejamos pa` después, me saluda a mi jefito y a mis demás tíos.
Don Goyo Banda
Q.P.D.