Anoche tuve otra épica batalla con satanás. Una de tantas.
Lo sobrenatural cada vez me parece mas natural...
-¡Pancho, Panchooo, sal!-
Me gritaron desde la calle. Desperté de golpe al escuchar mi nombre,
totalmente lúcido sin modorra alguna. Me sorprendí sentado en la cama tratando
de asimilar si fue en mis sueños lo que escuché o era real.
-¡Sal! ¿Ó tienes miedo?
Ahí estaba otra vez la voz. Mis perros en silencio, solo mis gatos inquietos
iban de una ventana a otra y me miraban profundamente, luego se venían a mis
piernas como diciendo vamos, estamos contigo.
En ese momento no piensas en cosas sobrenaturales, no que chingaos. Cuando
traes cola sabes que un día tal vez tu pasado te alcance. Tomé la 45 que
siempre tengo cargada en el cajón de la base de la cama. Me puse mis dickies y
me calcé los stacy adams. Si era mi hora de dejar éste mundo pos al menos que
saliera bien línea en la nota roja.
Me acordé de Jose Cruz, poeta voclaista de Real de 14.
"Te preparo un té o te sirvo alcohol
¿Vienes a hablar o nos vamos a rajar el corazón?
Siempre supe que
debo el alquiler y hoy voy a pagar..."
Corté cartucho y me fuí acercando a la ventana y no vi nada, mi gato macho
estaba erizado.
Fuí a la otra ventana, solo el silencio y la luz brillante de la luna llena.
Abrí la. Puerta poco a poco y atravesé la cochera. Revisé abajo de la
camioneta luego abajo de mi carrito, mis gatos eran los únicos maullando en
las ventanas.
-¿On tas hijoetuputamadre? ¡Saltele culero, no qué muy verga!-
Grité tratando de ocultar mi nerviosismo. Me metí al baldío de enfrente
y no había nadie.
Un fuerte olor a quemado invadía el ambiente. Mis gatos bufaban en la ventana.
Lo mas raro es que todos mis perros dormían tranquilamente...
Un escalofrío me invadió cuando entré de nuevo a la casa. Y mientas ponía
llave de nuevo a la puerta...
-¿Tienes miedo?-
Volví a escuchar la voz afuera de mi casa...